Los servicios  consulares  son el cartón  de presentación de Italia en el exterior  además de prestar su obliga atención para los ciudadanos residentes en el exterior o para aquellos que por la ley italiana tienen el derecho al reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia.

La actual realidad de los servicios consulares italianos  no está adecuada a las grandes dimensiones de nuestra colectividad en el exterior  y eroga un servicio  precario para nuestros connacionales, negando de hecho (clamoroso el caso Brasil) el reconocimiento a la ciudadanía italiana. La responsabilidad no es del cuerpo diplomático o de los asignados a la tarea sino de los insuficientes recursos disponibles. Precisamente con el fin de crear recursos adicionales, se estableció  en agosto del 2014, una contribución  de 300 euros por  cada trámite de reconocimiento de la ciudadanía de los solicitantes mayores de edad.

Los abajo  firmantes, ciudadanos italianos e aquellos en espera del reconocimiento, solicitan que esta contribución sea redestinada a los consulados perceptores y utilizada para mejorar los servicios consulares gracias a la asunción  de personal con contrato local y digitadores, y a través de la firma de convenciones con calificados sujetos en grado de soportar la erogación del servicio.

Los abajo firmantes subrayan que esta medida no constituye un aumento  estructural  del gasto en cuanto el refuerzo del personal orgánico producirá nuevas entradas, en especial por el pago de la contribución para el reconocimiento de la ciudadanía de parte de centenares de miles de solicitantes que hoy están en una lista de espera indigna para un estado de derecho; nuevas  entradas estarían también aseguradas por las erogaciones, a estos nuevos ciudadanos, de otros servicios a partir de la concesión del pasaporte.

El incremento del número de ciudadanos en el mundo estaría acompañado de un paralelo aumento de las entradas (las llamadas entradas consulares) que podrían ser reinvertidas no solo en el mejoramiento de los servicios consulares sino también en programas dirigidos a dar a los “nuevos Ciudadanos” plena conciencia de sus propios derechos y de sus nuevos  deberes (lengua y cultura, representación, asistencia, internacionalización del comercio y de la cultura, información y comunicación).

Se reforzaría, en fin, la presencia de los italianos en el mundo con el aumento exponencial  del fenómeno del “turismo de retorno”, del flujo cultural y de estudio hacia Italia y de las inversiones económicas en nuestro país.